7.03.2012

La CNT rechaza la aprobación de la reforma laboral

Cuatros meses no ha creado una rebelión en el parlimento. Ni lo esperabamos. Ayer se aprobó la flamante reforma laboral del PP la cual libera al empresario de cualquier incomodidad a la hora de deshacerse de sus trabajadores, y de hacer con ellos lo que él considere. Una reforma laboral que destruye y no crea. Destruye a cualquier vestigio de empleo digno que nos quedaba en este país.
Con el sindicalismo oficial desmantelado (incapaz de forzar ningún cambio a la ley en este tiempo) y directamente vinculado al problema a traves de sus subvenciones que le ata las manos y le cierra la boca a la hora de levantar la voz, y los trabajadores asustados por un paro presente o inminente, el gobierno casi no ha tenido ni protestas en el momento de aprobar, formalmente, su decreto.


Han hecho caso omiso de la huelga general del 29 de marzo, seguida masivamente y convocada, entre otros, por este sindicato. Han hecho caso omiso de las numerosas y multidinarias protestas en la calle. Han hecho caso omiso de la voz del pueblo, de la gente que trabaja, de los de a pie, de la tienda, de los estudiantes, de los profesores, de los bomberos, de los mineros, de los médicos, los trabajdores sociales, o sea, han pasado de casi todos. De todos nosotros que hacemos que funcione esta sociedad, las personas de verdad, las que ves y ves lo que hacen, lo que hacemos.
Nuestra voz, nuestra protesta, en la calle y sin tapaduras ha sido ignorada. El PP ha tenido cuatromeses para añadir once enmiendas (¡once!) a su propio decreto. Sin el más mínimo problema. Todas aprobadas.
Hoy y ahora más que nunca los trabajadores tenemos que organizarnos, y organizarnos fuera del sistema cíclico que se retroalimenta, como un partido de badminton, con los de la oposición (llámase PSOE, llámase CC.OO/UGT) y el gobierno, que cada cuatro o ocho años cambia de lado pero nunca de pista, envueltos en un partido con la CEOE de público en un lado, los ricos en otro, y la clase media poniendo cervezas en el bar donde lo emitan. La CNT está harta de tomar esas cañas de engaño, y sale a la calle.
Al decirles que no, al rechazar su partido, tenemos que también adoptar estrategias y tácticas fuera de su juego. Sabemos que el bloque político firma sin pestañear lo que les ponen enfrente. La CNT no firma. No pone la mano. Y no acepta ese ataque feroz a los derechos adquiridos después de años de lucha como la nota de prensa casi olvidada en la página 30 del periódico. Son nuestras vidas que están en juego, no un partido en un palacio, y estamos dispuestos a luchar por ellas. En las calles y en los tajos, la CNT rechaza esta reforma laboral y nos vamos a hacer oir.

www.cnt.es

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