8.02.2012

Hace noventa años: El congreso fundacional de la AIT interrumpido dos veces por la policía alemana

Cuando la internacional sindicalista revolucionaria AIT celebró su congreso fundacional en el cambio de los años 1922 a 1923, lo hizo contra un telón de fondo de grandes convulsiones. La Primera Guerra Mundial había terminado pocos años antes, una guerra que fue seguida de inmediato por la diseminación de los movimientos revolucionarios en una serie de paises, estableciendo tendencias duraderas en el desarrollo del mundo.

Durante la guerra, la internacional social demócrata colapsó y sus partidos afiliados lanzaron su internacionalismo por la borda. Bajo el liderazgo de su presidente belga, Emilie Vandervelde, dieron apoyo activo a la guerra en nombre de sus paises respectivos. El sindicato internacional reformista colapsó aproximadamente al mismo tiempo.


Tras el final de la guerra, comenzaron los intentos de reconstruir las organizaciones internacionales. La internacional comunista fue organizada en un congreso en Moscú en 1919, como continuación de la llamada internacional de Zimmerwald que había sido ya establecida durante la guerra. El sindicato internacional fue re-establecido el mismo año en un congreso en Viena, con el austriaco Friedrich Adler como promotor. Esta organización se fusionó con la internacional social-demócrata en 1923.

Por iniciativa comunista, el congreso de Moscú de 1921 fundó el llamado sindicato rojo internacional. Esta organización hizo grandes esfuerzos para atraer miembros sindicalistas revolucionarias , pero las organizaciones sindicalistas revolucionarias la rechazaron, al no quererse involucrar en un sindicato internacional conducido por un movimiento político, en este caso los comunistas.

Durante los días 25.12.1922 a 02.01.1923, delegados de diez paises, representantes de cerca de dos millones y medio de trabajadores organizados, celebraron un congreso en Berlín. Fue en este congreso donde se fundó la Internacional Sindicalista Revolucionaria, AIT.

El congreso no pudo, por cierto, trabajar sin disturbios. Hacía falta tener cuidado porque algunos de los delegados tenían que llegar hasta allí ilegalmente, sin el conocimiento de la policía. El primer día el congreso tuvo lugar en un edificio en las afueras de Berlín. El plan era continuar el congreso el día siguiente en otro sitio, pero la policía estaba sobre la pista así que los delegados hubieron de recibir un mensaje secreto para reunirse en un tercer lugar, en Nieder-Schönweide, otra zona de Berlín. El trabajo fue funcionando hasta la tarde, en que una patrulla de policía entró repentinamente en el edificio y quiso ver los papeles de identidad de los delegados. Los compañeros alemanes protestaron fuertemente y pidieron que la policía mostrara la documentación en que se le daban órdenes para esta actuación. No llevaban tales autorizaciones, de forma que la patrulla se retiró, dejando dos policías para vigilar. Los delegados del congreso, entonces, se apelotonaron para salir a la calle, empujaron y echaron a los policías y desaparecieron.

El congreso se reunió de nuevo el día siguiente, esta vez cerca de Alexanderplatz en el centro de Berlín, no lejos de los cuarteles de la policía.

En este edificio el congreso procedió sin interrupción durante varias jornadas. Pero un día, antes de mediodía, llegó un nuevo ataque policial. El edificio entero estaba rodeado de policías con rifles y con revólveres y granadas en sus cinturones. Entraron por la fuerza en la sala de reunión, donde los delegados levantaron gran alboroto y protestaron con fuerza. Un delegado que carecía de los papeles adecuados, saltó por la ventana y fue atrapado por la policía en la calle. Un delegado polaco que tampoco tenía papeles resistió a la policía pero fue puesto fuera de combate. Una delegada francesa se lanzó entonces y alcanzó con su puño a un oficial de policía en la cara. Fue arrestada y trasladada con algunos otros compañeros a la prisión de Moabit. Todos y cada uno de los delegados fueron registrados cuidadosamente. Entre los delegados se encontraba Emil Manus, que representaba a Dinamarca y Noruega y Edvind Lindstam y Frans Severin que representaban a la SAC. También estuvieron presentes otros dos miembros de la SAC, no como delegados, sino como miembros individuales, pasando por Berlín en viaje a Paris. Más tarde fueron los bien conocidos autores Eyvind Jonson y Víctor Vinde, el último más tarde se convirtió en el editor deStockholmstidningen.

Tras todo esto, la policía dejó en paz la reunión y el congreso continuó. Fundó la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) y  IWMA en sus siglas inglesas (*desde 1974,  IWA). La Internacional Sindicalista Revolucionaria siguió funcionando durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las otras internacionales colapsaron y hoy día continúa con su actividad.

John Andersson
De “Solidaritet” Agosto-Septiembre 1959

*Notad la aclaración del Traductor (de NSF-AIT) sobre el nuevo
nombre IWA en el paréntesis.

www.iwa-ait.org

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